Jose Zorrilla
J.R.R. Tolkien
Calderón de la Barca
Rosalía de Castro
Manuel de Palacio
Leopoldo Lugones
Rafael Alberti
Marcos Zapata
Jorge Isaacs
Federico de Borja
Anonimos
Poemas Diversos
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¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga, llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando el día
¿No es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Esa armonía que el viento
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso aliento;
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador,
llamando al cercano día.
¿No es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que están
filtrando insensiblemnte
tu corazón, ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
un fuego germinador
no encendido todavía
¿No es verdad, estrella mía,
que están respirando amor?
Y esas dos líquidas perlas
Que se desprenden tranquilas
De tus radiantes pupilas
Convidándome a beberlas,
Evaporarse, a no verlas,
De sí mismas al calor;
Y ese encendido color
Que en tu sembrante no había,
¿No es verdad, hermosa mía,
que están respirando amor?
En los ecos del órgano o en el rumor del viento,
en el fulgor de un astro o en la gota de lluvia,
te adivina en todo y en todo te buscaba
sin encontrarte nunca.
Quizá después te ha hallado, te ha hallado y te
ha perdido
otra ves, de la vida en la batalla ruda,
ya que sigue buscándote y te adivina en todo
sin encontrarte nunca.
Pero sabes que existes y no eres vano sueño,
hermosura sin nombre, pero perfecta y única;
por eso vive triste, porque te busca siempre
sin encontrarte nunca.
Rosalía de Castro.
***
Ya de mi amor la confesión sincera,
oyeron tus cálidas celosías,
y fue testigo de las ansias mías
la luna, de los tristes compañeras.
Tu nombre dice el ave placentera
a quien visito yo todos los días,
y alegran mis soñadas alegrías
el valle, el monte, la comarca entera.
Sólo tú mi secreto no conoces,
por más que el alma con latido ardiente,
sin yo quererlo, te lo digo a voces;
y acaso has de ignorarlo eternamente,
como las ondas de la mar veloces
la ofrenda ignoran que les da la fuente.
Manuel del Palacio ("amor oculto")
***
FLORES Y ESTRELLAS
Y era aquella una noche de las noches más bellas.
El silencio, sobre una blanda quietud del mar,
inclinando su frente coronada de estrellas,
allá en el horizonte se puso a meditar.
Cual de una negra tierra que en claros lirios brota,
iban saliendo estrellas de su meditaciñon,
cuyo ritmo animaba sobre la mar remota
largas cuerdas azules en su palpitación.
Y el Silencio crecía; y a veces, de su calma,
cual se desprende el pétalo de un lánguido jazmín,
en unalenta lágrima de luz se le iba el alma,
y era una estrella errante caída en el confín.
El trémulo universo, saliendo de sí mismo
en flores y en estrellas manifestó su ser.
Los ojos de silencio, graves sobre el abismo,
contemplaban al cielo y al mundo florecer.
La tierra perfumaba como un caballo huerto,
balbucía la noche quejumbrosa de laúd.
Nada más que azucenas en el mundo desierto,
y nada más que estrellas temblando en la quietud.
Leopoldo Lugones
***
CANCIONES PARA ALTAIR
Cuando Altair se fue ya entrada la mañana,
las rosas rojas que con ella trajo,
encendidas de noches altas y amaneceres,
daban mudos indicios, aunque lentos,
tristes de marchitarse.
Después de su llorosa, acongojada,
solitaria partida,
alguien bañó las flores en agua nueva y dulce,
y aquí están encendidas y otras vez rosas rojas,
abiertas, esperando.
Rafael Alberti
***
VERSOS SUELTOS DE CADA DÍA
Marinero, busco el mar
desde le aire y no lo veo.
Sé que debajo está el mar
y sé que encima está el cielo.
Voy entre el cielo y el mar.
Mas yo voy buscando el mar
y no lo veo.
Rafael Alberti
***
LADRAR A LA LUNA
¡No desmayes jamás ante una guerra
de torpe envidia y miserables celos!
¿Qué le importa a la luna, allá en los cielos,
que le ladren los perros en la tierra?
Si alguien aspira a derribarle, yerra
y puede ahorrarse inútiles desvelos;
no tan pornto se abate por los suelos
el escorial que tu talento encierra.
¿Que no cede el ataque ni un minuto?
¿Que a todo trance buscan tu fracaso?
¿Que te cansa el luchar...?¡No lo discuto!
Mas, oye, amigo, este refrán de paso:
¡se apedrean las plantas que dan fruto!
¿Quién del árbol estéril hace caso?
Marcos Zapata
***
Soñé vagar por bosques de palmeras,
cuyos blondos plumajes, al hundir
su disco el sol en las lejanas sierras,
cruzaban resplandores de rubí.
Del terso lago se tiñó de rosa
la superficie límpida y azul,
y a sus orillas garzas y palomas
posandose en los sauces u bambús,
Muda la tarde ante la noche muda,
las gasas de su manto recogió;
de lindo mar dormida en las espumas
la luna hallóla y a suus pies el sol.
Ven conmigo a vagar bajo las selvas
donde las hadas templan mi laúd;
ellas me han dicho que conmigos sueñas,
que me harán inmortal si me amas tú.
Jorge Isaacs
***
Tuécanse los tiempos,
múdanse las horas,
unas en placeres,
en pesares otras.
En la primavera,
de las más hermosa,
noche son los años,
la niñez aurora;
el árbol florido
que el cierzo despoja,
si enero la agravia,
mayo le corona;
la callada fuente
que murmura a solas,
en verano ríe,
y en invierno llora;
si en prisiones duermen
las aves sonoras,
libertad de día
por los aires gozan;
si los vientos braman
y la mar se e noja,
cuando el alba nace
descansan las olas...
Federico de Borja
***
Romance del Prisionero
Que por mayo era por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor.
Cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al Señor.
Sino yo, triste cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día
ni cuántas las noches son
sino por una calandria
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero
déle Dios mal galardón.
***
LA BOHÊME
DON GIOVANNI